Per Javier Navarro Andreu
A veces surgen iniciativas sorprendentes que, aunque de indiscutible origen local, alcanzan dimensiones globales. Eros Recio Peyró, el bailarín valenciano que consiguió estudiar en el Conservatorio Profesional de Danza la difícil disciplina del ballet clásico, sorprende ahora con la iniciativa de las Becas “Vives” que ha llevado hasta el mismísimo Parlamento Europeo en Bruselas.
No es la primera vez que Eros Recio, desde Valencia, lanza una idea de alcance mundial. Su anterior compromiso fue llevar, en diciembre de 2017, una bandera ante la ONU para que las personas con diversidad funcional tuvieran una enseña que les otorgara visibilidad social, como la tienen otros colectivos. Una bandera que incorporaba por primera vez los colores metálicos del oro, la plata y el bronce.
Dialogamos con este valenciano sobre sus últimas actividades, que tanta repercusión externa han tenido.
¿Como surge la idea de crear unas becas de movilidad europea para las personas con diversidad funcional?
Sencillamente porque no existían. El Gobierno de Europa ha ido instaurando, desde hace más de treinta años, diversas becas de viaje para que los estudiantes puedan conocer otros países y ayudar a crear una consciencia europea continental.
¿Se trata de las becas Erasmus?
Las Erasmus son las más conocidas, porque casi todos los universitarios actuales han disfrutado de ellas. Se han convertido en algo mítico de donde han salido grandes amistades entre jóvenes que de otra manera nunca se hubieran conocido, y hasta matrimonios. Pero hay más becas para estudiantes que son menos conocidas.
¿Cuáles son?
Las becas “Erasmus” son para estudiantes universitarios. Las becas “Leonardo” para los estudiantes de Formación Profesional. Las becas “Comenius” para alumnos de infantil, primaria y secundaria. Y finalmente las becas “Grundtvig” son para estudiantes adultos y asistentes a universidades de la tercera edad. Todos los grupos educativos tienen su mecanismo educativo europeo para viajar y conocer otras culturas, excepto las personas con discapacidad.
«Todos los grupos educativos tienen su mecanismo educativo europeo para viajar y conocer otras culturas, excepto las personas con discapacidad».
Pero supuestamente este grupo de personas podría acogerse a las becas anteriores.
No exactamente. Lo que nosotros proponemos es diferente y atiende a una necesidad educativa muy específica. Es cierto que, por ejemplo, una persona ciega que estudie en una universidad puede pedir una beca Erasmus y se la van a dar; pero nosotros estamos llamando la atención sobre otros tipo de centros, aquellos que están especializados en educar a personas con necesidades especiales y también los centros ocupacionales, donde se imparten una serie de enseñanzas especiales que no tienen nada que ver con las otras.
¿Y que puede aportar la movilidad europea a este sector?
Puede abrir unas perspectivas enormes. Actualmente estos centros trabajan muy centrados en sí mismos, y no existen unos vínculos de interrelación apoyados por las instituciones públicas. Los profesionales pueden aprender mucho al relacionarse entre sí en cuanto técnicas y novedades, y por otra parte los alumnos pueden alcanzar una visión completamente nueva de sus propias vidas.
¿A qué te refieres exactamente?
Las personas con discapacidad suelen viajar con amigos de su propio centro o con sus familiares. Las becas deben ayudar a que se puedan trasladar a otros países y conocer otros ambientes. La dinámica debe estar muy apoyada por las familias que participen. Imaginemos una persona con diversidad funcional que viva en Dinamarca y se traslade a Portugal. Allí, por ejemplo, si tiene autismo, puede ser acogido por una familia que ya tenga un autista en su grupo familiar. Y luego que esa persona portuguesa viaje a Dinamarca, a ver un estilo de vida totalmente distinto. Podemos ayudar a crear una nueva generación de personas con diversidad funcional pero miras vitales mucho más amplias.
¿Y en cuanto a los profesores?
Es lo mismo. Un profesional lituano que se traslade a Irlanda y compare ambos métodos de trabajo para ir adecuándolos a las necesidades reales de los usuarios. El resultado sería conseguir una inclusión auténtica de todos dentro de la Unión Europea.
¿Por qué las becas quieres que se llamen “Vives”?
Pues porque nuestro ilustre Luis Vives está muy olvidado en esta Europa Unida que él tanto contribuyó a construir. Cada una de las becas que te he enumerado están dedicadas a un personaje cultural relevante que trabajó en las áreas educativas respectivas: Erasmo de Rotterdam, Leonardo Da Vinci, Grundtvig, Comenius, y desde luego Vives se merecía este homenaje porque fue el primer filósofo social que se preocupó por las personas más vulnerables. Recordemos su famoso libro “El Socorro de los Pobres” y otras obras en las que siempre asomaba su amor por las personas indefensas y humildes.
«Erasmo de Rotterdam, Leonardo Da Vinci, Grundtvig, Comenius, y desde luego Vives se merecía este homenaje porque fue el primer filósofo social que se preocupó por las personas más vulnerables».
¿Pero cómo has conseguido acoplar el nombre de Vives a esta propuesta de programa?
Estirando el lenguaje. Erasmus es un acrónimo. Inventaron un nombre rimbombante pero con las iniciales perfectamente perfiladas para que el resultado fuera “Erasmus”. Nosotros hemos hecho lo mismo, y hemos bautizado el programa como “Vital Inclusive Visibility: Europa Special” (VIVES), que en español vendría a ser “Visibilidad Inclusiva Vital: Europa Especial”. Todo ha sido pensado para que Luis Vives recibiera un homenaje similar al que ya recibe Eramus. No podemos olvidar que Vives y Erasmus fueron excelentes amigos, tuvieron una gran relación inteelctual y fueron amigos y compañeros en la idea de difundir el Humanismo Europeo.
¿Cómo has conseguido llevar esta petición al Parlamento Europeo?
Primero hay que indicar que el Parlamento Europeo tiene un mecanismo burocrático a través de Internet por el cual cualquier ciudadano o ciudadana puede presentar una petición ante la cámara de diputados desde su propia casa. Otra cosa es que, por la importancia de esta iniciativa para millones de personas en nuestro continente, yo intentara trasladar esta inquietud a lo más alto de las instituciones.
¿Y cómo te han recibido allí?
Ha sido una experiencia muy grata. Primero hablé con doña Dolors Montserrat, que es la presidenta de la comisión de peticiones del Parlamento. A ella le llegan todas las propuestas y luego esta comisión es la que estudia cada viabilidad. De otra parte cabe reseñar la magnífica acogida que me otorgó la Presidenta del Parlamento Europeo, doña Roberta Metsola, una política que viene de la isla de Malta.
¿Qué te ha parecido Bruselas?
Me ha parecido que tenemos allí unas instituciones propias que no conocemos muy bien. Participé en el “Level Up” que es una convocatoria de jóvenes europeos para avanzar en la unificación del continente y claro que estos jóvenes están informados y saben cómo funciona esta colosal engranaje, pero hace falta mucha más información a nivel popular.
¿Qué es lo que más te ha satisfecho de esta experiencia?
Pues que a todos les gusta la propuesta y todos quieren mejorarla, pero no se oponen de lleno. Tanto en los altos dirigentes como con los participantes en el “Foro de la Juventud Europea” están muy abiertos en favor de la inclusión de las personas con necesidades especiales. Me gustaría resaltar, en especial, el apoyo recibido por doña Leticia Zuleta de Reales Ansaldo, una alta funcionaria del Parlamento que nos ha demostrado su compromiso y su impulso, igualmente al Jefe del Gabinete de la Eurodiputada Montserrat, Ramón Moreno, que también se ha preocupado por esta propuesta. Gracias a su interés, si esta propuesta se realiza, habrá que considerarlos padres de todo el resultado. Es muy bueno trabajar sabiendo que se cuenta con apoyos tan sólidos y solidarios.
¿Qué tal se está desarrollando tu otra iniciativa internacional, la Bandera de la Discapacidad para representar a las personas con diversidad funcional?
Es un sueño que va convirtiéndose en realidad poco a poco. La bandera ya lleva cinco años de recorrido. Empezamos denominándola “Bandera de la Discapacidad” y muy pronto le añadieron la coletilla de la “Superación”, porque sus colores son el Oro, la Plata y el Bronce.
«Empezamos denominándola “Bandera de la Discapacidad” y muy pronto le añadieron la coletilla de la “Superación”, porque sus colores son el Oro, la Plata y el Bronce».
¿Y por qué estos colores?
Porque representan los metales más nobles de la tierra, los que menos oxidación y corrupción sufren. Así somos nosotros, las personas con discapacidad, si se nos frota fuerte y si se nos estimula con ilusión, podemos brillar mucho.
¿Cuales son tus próximas actividades en defensa de las personas con diversidad funcional?
Yo sigo mi ciclo de representaciones y conciertos en diversos teatros y locales culturales. Pero lo más relevante será la lectura de mi ponencia en el próximo Congreso sobre Políticas Públicas de Discapacidad que se celebrará en Alicante a finales del mes de Noviembre, impulsado por el Cermi, que es la organización estatal que acoge a la mayoría de entidades peninsulares dedicadas a la inclusión de las personas con discapacidad.
Muchas felicidades, Eros, por estas actuaciones y sobre todo por rescatar del olvido histórico a nuestro compatriota Juan Luis Vives, que tuvo que salir de Valencia en el siglo XV pero jamás dejó de firmar como “Valentinus” en todos sus documentos. Valencia, a través de ti, lo reconoce como hijo ilustre y ojalá que, a partir de ahora, lo recuperen y lo estimen en Europa como el gran pensador europeo que siempre fue.