Per Carles Recio i Alfaro
Las multinacionales nos venden miles de productos con obsolescencia programada. Todo se fabrica con unos plazos de vida prefabricados, incluso si no se usan. Mi lavavajillas se rompió sin usarlo. Cuando en una casa no se habita surgen las grietas y nadie las repara. El no uso contribuye a la destrucción.
Bien mirado Vinatea se nos ha resquebrajado por falta de uso. ¿Qué utilidad o protagonismo le hemos dado en todos estos años de existencia? El 9 de octubre consigue algo de relevancia por estar en el camino de la comitiva pero el protagonista es Jaime I. El 25 de abril se articula entorno al monumento a los Maulets que es más otra muestra de buena voluntad de la concejala García Broch que un monumento en si mismo, ya que se conformó con unas columnas antiguas del almacén municipal. Vinatea no ha tenido vida social. Su gesta no se registró en una fecha concreta. Calculan que fue en 1333 pero nadie dijo cuando exactamente.
Hay dos problemas con el monumento. Que el valencianismo no le ha hecho caso y que el antivalencianismo le tiene una manía que no lo puede ni ver.
Como ahora el valencianisme se ha quedado más flaco que un perro de un ciego, las huestes de la intolerancia han creído que es el momento de darle el golpe de gracia. De hecho hay que observar que no ha tenido grandes defensores políticos. Todos estos patriotas del valencianopacotillismo solo ladran cuando están cerca las elecciones. El resto del tiempo muestran una falta de imaginación patética.
El valencianisme cultural oficial vive mientras tanto en la era de las notas de prensa que ahora han perdido todo su sentido porque ya no hay prensa. Subsisten unos diarios en papel que dentro de nada serán clausurados por falta de rentabilidad y entonces entraremos de lleno en la era de internet donde todo será un magma gigantesco donde nada destacará ni tendrá fuerza. Por eso hay tanto empeño en que el libro desaparezca como instrumento educativo y todo quede subsumido en el metaverso, que es en esencia un embuste de proporciones faraónicas.
La única manera que podemos salvar a Vinatea en su lugar es iniciando una serie de acciones que asusten a los políticos de las consecuencias de su derrocamiento. Ahora la plaza es peatonal. Se pueden convocar a su sombra todo tipo de actividades desde un concierto hasta una exhibición de flores. La marca «junto al monumento a Vinatea» es lo que puede dar visibilidad a esta bella obra de Manolo Rodríguez a quien no quiero imaginar el disgusto que todo esto le habrá causado. La falta de respeto a las obras de arte y a los artistas nace de esta dejadez. Porque la estatua de Vinatea ha sido olvidada por el valencianisme , pero también su genial autor, que está vivito y coleando en su estudio de Navajas.
Para otro día habría que escribir sobre olvidos y humillaciones que este autor ha sufrido en su propia comarca, y me consta que este modesto artista, nuestro Miguel Ángel regnicola, no quiere que se diga nada porque es muy buena persona.
Pero hay que llamar la atención sobre el hecho de que a Manolo el valencianisme no es que tampoco lo reclamé mucho en Valencia y le rinda los homenajes que se merece. Este pecado de olvidó es tanto sobre la obra como sobre el autor. A ver si los esforzados valencianistas organizan uno de esos «Tots els dies 9» en Navajas y le dan unas palmaditas de ánimo.
Yo le organizaría un tributo a Manolo a los pies de su obra y convocaría a Valencia entera. Menos literatura y más acción.