Per Carles Recio
Si ustedes pasan por la calle Maestro Sosa 32 van a contemplar un mástil de madera que sobresale como unos dos metros de la fachada y un rótulo que pone carpintería carcomido por el tiempo. Es el taller de José Navarro Martínez un histórico del valencianismo del que nunca se ha escrito nada, que yo sepa.
Pepe era simple carpintero de barrio. Lo que en los milagros de Sant Vicent se conoce como gent del poble. Cuando la Dana pancatalanista de los años setenta del siglo XX inundó nuestra sociedad fue uno de los ciudadanos que se rebeló contra la invasión. Y de ser un obrero en un pequeño taller paso a transformarse en un palleter a la acción ciudadana.
Pepe era un fallero de la Falla Obispo Amigo que sabía la lengua Valenciana pero no la hablaba porque estaba mal visto. Se casó con Pepita Gilabert que si la hablaba desde niña. Sin embargo en cuanto Pepe vio lo que pasaba se aferro al idioma valenciano y ya no se soltó para garantizar su supervivencia.
Pepe y su esposa tuvieron cinco hijos. Yo recuerdo especialmente a Francisco que era un mocosillo que se bien niño dijo que prefería trabajar a estudiar. Tenían un chalet en el Carambolo y vivían juntos al mercado de Jesús.
Pepe participó en todas las manifestaciones valencianistas con unas pancartas que el mismo elaboraba en madera y que pintaba con eslóganes claros como Reino de Valencia y lengua valenciana.
Su hija Isabel se caracterizaba por llevar un cartelito que por un lado ponía Regne y por el otro ponía Reino. Aunque la obra más emblemática de Pepe fue el mástil de su Senyera en la fachada. Parece increíble. Han pasado casi cincuenta años y ese mástil sigue en pie, impertérrito y arrogante.
Han desaparecido casi todas las carpinterías de barrio. Pero la carpintería de la calle Maestro Sosa sigue abierta. Ahora la regenta David Andrés, su yerno. Y sin embargo, y contra todo pronóstico, la Senyera sigue presidiendo el local.
La tela se cambia cada cierto tiempo, cuando el viento la rasga. Pero el mástil de Pepe sigue allí. Yo estaba el día en que lo fabricó con sus propias manos. Es algo emocionante saber que su corazón sigue vivo en cada golpe de aire que eleva esa Senyera sobre la calle.
En la carpintería de Pepe, ahora de David, se conservan todos esos recuerdos del valencianismo genuino. Los carteles originales de las manifestaciones. Las banderas. Los detalles de valencianidad.
Bendita sea la trayectoria de esta casa. Han pasado los años. Han pasado los políticos y las modas. Pero allí está el símbolo de los ideales de un hombre que empapó de valencianismo a toda su familia.
Sugerimos a los valencianistas actuales que pasen por este local para rememorar el valencianismo más auténtico. Don José desde donde este se alegrará de que la semilla que planto siga viva.
Es otra de las páginas históricas del valencianidad que no se de en olvidar. Como esos personajes que fueron vida corazón y sangre por el Reino de Valencia histórico y no está apática comunidad valenciana que no sirve para nada y que no tiene nada que ver con los momentos de verdadera gloria del Pueblo Valenciano.




